6/5/10

el lamento del erizo



Encendido desde el principio, sin final ni comienzo.

Como cuando los peces vagan a la deriva buscando alimento, sin importar donde les lleven esos vientos submarinos.

Derivo mi vida, tiendo a infinito, encendido.

Con las luces del mañana que no llega, siempre buscando la salida de una encrucijada sin nombre.

Desgraciado desde el momento del nacimiento, y cuando digo, me refiero al sufrimento, camino a ninguna parte sin risa ni lamento.

Como siempre, buscándole sentido a las frases incoherentes, bien formadas, correctas, pero carentes de fondo estándar. Mezcla de pasiones y sentimientos indescifrables hasta por mi.

Pero de lo abusrdo nace la belleza, del que amamanta la riqueza y predica la simpleza, del atormentado de la calma que vive en un continuo y frenético columpio cuando menos mental, cansado de buscar la distancia acimutal cuando no hay nada que buscar.

Pero de los dedos percusionistas de la tecnología salen palabras sueltas, pero fuertes, raras pero difusas, sin sentido pero mías.
 
Ya solo queda la vuelta a eso. ¿quien? prefiero no comprar anillos de esperanza, ya me se el cuento y se como acaba, habrá que esperar al momento preciso.

Hace tiempo que me he convertido en cucaracha, pero todo el mundo ya se ha habituado a mi.