Cuando escribo vomito palabras,
nauseabundas frases que duelen al olfato
pedazos caóticos de pensamientos
unos de la comida
otros del desayuno.
Ciertas pocas veces
regurgitaciones cuasi poéticas
o cuanto más semiordenadas
por los estándares del vómito internacionalmente reconocido.
Pero ciertamente,
siempre vomito de lo que llevo dentro
cosas que intenta asimilar mi cerebro
pero devuelve al exterior como sistema de protección a mi cocorota...
aun así, apesar de este sistema de defensa,
buena parte se queda
se aferra a las células
se asimila.
Pero lo más importante
es que cada vez que apedréo palabras sobre el papel
aprendo un poco más acerca de mi.
(imagen de http://lanauseadelpueblo.files.wordpress.com/2009/05/vomito.jpg)