13/9/14

¿quien espera desespera?

Hoy, caminando por el borde del precipicio de mi humanidad desbocada, huyo  con toda mi alma de la tristeza que sobre mi se cierne, más bien me escabullo, pues no escapo, y cual dios omnipresente que todo lo ve, me arrincona y oscurece hasta el sol del mediodia.
Llega sin avisar, se esconde detrás de una esquina, se pone un bello disfraz o te ataca por detrás. No hay manera de escapar.
Y en  un arrebato de valentía impropia detengo la huida, torno el paso y abrazo la locura. Me embriago de amargura, me lleno de tristeza.
Es la única manera, ya me conozco la historia: eventualmente se cansa y vuelvo al camino que me lleva a mi amada esperanza.