25/1/15

...

Cuando escucho tu voz
se me remueven los adentros
Todo se descoloca
cual operación de vesícula a tripa abierta.

Conversación de pre-campaña.

-No resulta tan claro como al principio, está farragoso y además es complicado. Sin embargo, es un tema al que pronto ha se le ha de dar solución, poniendo todo nuestro empeño en superar las dificultades y obstáculos que se van interponiendo en nuestro camino para la final consecución de nuestro objetivo. Para ello, haremos uso de todos los medios que estén en mano, y buscaremos cuantos apoyos podamos para que la tarea que nos ha sido encomendada, tenga todas las facilidades pertinentes.

-Si no quieres ir a por el pan, ya voy yo.

tralara trala ri

Son millares
los peces de colores
manjares prohibidos
lujos proscritos.
Viven en masa
tribus de alambre
 con cuadros de acero.

Ten cuidado al andar
 fulanito de tal
no vayas por ahí,
es un camino yermo
es acequia sin sembrar.

Y mientras tanto en mi mente
a este lado de lo absurdo
te oigo mascullar
palabras que  me recuerdan
que nunca estuviste al azar.

Sin remedio

Si,
eres tu,
pienso en ti.
No lo puedo evitar.
Es superior a mi.

Me embriaga tu esencia
y  me envuelve tu presencia.

Me encanta tu voz
y me vuelve loco tu olor.

tu mirada me atrapa
y tu cuerpo me llama

Deseo to boca
y tu sonrisa me provoca.

¿Qué hago?
¿Olvidarte?
Lo he intentado.
No lo dudes.

Pero es en vano.
No hay remedio

Cuando estás
se me recarga el alma
me embriaga la calma
se esfuma la pena

Cuando no estás
te busco entre la niebla
a la vuelta de la esquina
en el fondo del bar.

Cuando no estás
el tiempo se estira
no pasan las horas
 te me apareces
entre neuronas
y no veo el momento
de volverte a ver.

¿Qué hago?
¿Olvidarte?
Lo he intentado.
No lo dudes.

Pero es en vano.
No hay remedio
y en el fondo...
ni lo quiero.







...

¿Qué que es lo que siento?
Pues te miro y tiemblo.

21/1/15

Con el alma cansada



Con el alma cansada
y los pies llenos de ampollas
se pregunta el caminante
si llegar al fin merece la pena.

En su amarga diaria soledad
las penas se hacen grandes
los miedos resucitan
y los segundos, 
pasos interminables.

Con el alma cansada
y el corazón anhelante
con la vista al frente
camina el caminante.


Con su recuerdo latente
lucha contra la desesperanza
de un posible fracaso
y se pone las botas día tras día
sabiendo que el mañana
volverá la misma batalla.

No volverá la vista atrás
pues sabe que no vería el inicio
está rodeado de camino
verdes arboles y cantos rodados.

Con el alma cansada
y el corazón anhelante
con la vista al frente
camina el caminante.

Siempre hacia delante.

17/1/15

Cotarro indefinido

Ante la duda del fracaso
No existen remedios caseros
No vale esconderse
Hasta que llegue el ocaso.
La cobardia es terminal
Te acompaña aunque no quieras
Carcomiendote las entrañas
Agarrotando tus ilusiones.

Será tu ruina hasta el final.

Cuando se es cobarde hay que sufrir
cada palabra importante duele
cada paso al abismo son como clavos
cada desafío una batalla sin enemigos.

El cobarde es héroe en lo cotidiano
porque lo complicado es fácil
pero la vida cuesta horrores.

La cobardía es la lacra del ser humano
es el miedo al que dirán
y el pavor a ser un fracasado.

La cobardía es el muro que nos separa.

Amor platánico desintegrante.



Es curioso, te vi llegar entre las sombras.
La oscuridad lo cubría todo, y entre medias, pequeños destellos denotaron tu presencia, futil al principio y luego cada vez más evidente.
Pasados unos segundos la oscuridad había sido prácticamente fagocitada por la luz que desprendes. No recuerdo lo que llevabas puesto, en aquel momento me era indiferente, Tampoco recuerdo el tiempo que tardaste en llegar hasta mi... la relatividad  de Einstein se hizo evidente en aquellos momentos y el tiempo que nos separaba se retorcía y deformaba a su antojo en lo que parecía su broma preferida.
Lo que presumo fueron segundos, se hicieron eternos años luz, insufribles y dolorosos, pero cuando acabaron, un pequeño pliegue indescriptible se los llevó al olvido y los hizo insignificantes porque ya habían acabado, eran historia, y tu estabas frente a mi con tu luz.
De pronto el resto de la existencia dejó de tener sentido, Todo era brutal y sencillamente insignificante, cuasiinexistente, pequeñito como un elefante ve una hormiga, tan pequeñito que de hecho ni la ve.
En un primer momento quedé deslumbrado, recuerdo que me dolían los ojos pues no estaban acostumbrados a tanta luz. Poco a poco mi vista se fue haciendo a tu presencia, y lo primero que vi fueron tus ojos, estoy seguro. Me miraban sin reparo, inocentes, ajenos a su impacto, Simplemente indescriptibles.
No puedo decir nada de esos ojos, todo seria poco y claramente injusto. Tu puedes decir que el océano es azul, pero no su exacta tonalidad y mucho menos describir su inmensidad. Tu puedes atisbar o mínimamente imaginar la eternidad del cielo estrellado, comenzar a contar las estrellas, pero nunca llegarás a contarlas todas, nunca llegarás a comprender, por muy inteligente la infinitud del universo, El infinito es un concepto que va más allá de nuestro entendimiento.
Diré que sus ojos eran infinitos. Infinitamente azules, infinitamente bellos e infinitamente profundos. Es todo lo que me atrevo a decir.
El resto de su silueta estaba ahí, la atisbaba por el rabillo del ojo, pero nunca pude apartar mi mirada de la suya. Lo siguiente que recuerdo es como mis miembros se empezaban a desintegrar. Sin dolor, Sin miedo. Simplemente ocurría. Pasados unos momentos no quedó nada de mi ser, Todo se convirtió en lo que me atrevería a llamar polvo interestelar. Me desintegré totalmente.
Y así tal como comenzó, terminó y sus ojos fueron lo primero y lo último que vi. Lo más extraño es que aun lo recuerde, pero claro, nadie ha conseguido nunca explicar las pautas que rigen la desintegración platánica.

12/1/15

La cuadratura de lo absurdo

No es ninguna locura
se estremece en el mantel
una figurita de buda
que quiere ser más que parecer

Fue corriendo en la tormenta
hasta que no quedo nigún calamar
desdichado el que pueda
desinteresado de borrar.

8/1/15

Sin remedio

Todo estaba tranquilo una tarde de un día cualquiera en un pueblo sin nombre.
En el vivían gente normal sin nombres en sus casas sin puertas y chimeneas sin agujero de salida de humos. Paseaban (los que tenían) a sus perros sin correas por las calles sin número que llegaban hasta el centro sin ayuntamiento del pueblo.  Dentro de la iglesia predicaba monsergas un cura sin religión para una audiencia sin alma.
Sonaron las campanadas del anochecer en el reloj sin horas del campanario sin  nido de cigüeñas... cuando derrepente todas las nubes cayeron a plomo. El pueblo desapareció entre la tupida niebla junto con todas sus gentes, perros,casas, iglesia y campanario.
Pasó el tiempo y al fin desapareció la niebla, el pueblo con ella y solo quedó la tierra: sin dueño, pura y serena.