16/4/15

Biciclista donde vas

Gonzalo se levantó llorando, con las palmas ensangrentadas y las rodillas peladas. Su padre llegó rápidamente donde el para darle consuelo y calmarle.
-No pienso coger la bici nunca más... es una pérdida de tiempo, nunca voy a aprender y no hago más que caerme. Además me duele mucho.
Su padre le llevó hasta la fuente del parque y le lavó las heridas a pesar de los gritos y lloros de dolor de Gonzalo, y cuando ya un poco más calmado y menos dolorido Gonzalo dejo de llorar su padre le dijo.
- Gonzalo, a todos nos ha pasado lo mismo, yo mismo me he caído muchas veces con la bici cuando era pequeño, pero vuelves a montar y cuando aprendes... que aprenderás, te lo aseguro, lo pasas genial.  En la vida te caerás mil veces, y mil veces te tendrás que levantar, no solo con la bici, sino con todo. Solo aprendemos cuando nos hemos tropezado antes, por eso tropezarse no es malo, porque te ayuda a aprender.
- Yo no entiendo porqué nos tenemos que caer tantas veces, lo mejor sería no caerse para no hacerse daño...  contestó un poco contrariado.
- Ya lo entenderás hijo. De momento, te aseguro que la próxima vez con la bici lo harás mejor y no girarás tan rápido el manillar en la curva, que es lo que te ha pasado ahora eh.
- Bueno, ya veremos.