Es tan corto el camino al cielo
como el espacio que separa
mis labios de tu cuello.
Pero es sin embargo eterno
porque aún no tengo
derecho a recorrerlo.
Mientras tanto
ahorro fuerzas
y valoro lo ilegal
de ser ocupa en tu espacio.
De lanzarme al vacío
de quedar como un pringao
con un beso tuyo en mi haber
y un buen sopapo en papo.