10/3/13

Un día cualquiera

Fue un día cualquiera, de esos de los que nunca te vuelves a acordar cuando pasan.
Pero ese día, justo cuando alcé la vista a través de mi ventana para ver el cielo nublado, me cruce con la mirada de un nube errante. Sé que pudó ver a través de mis ojos porque yo vi su compasión através de los suyos y tras unos segundos en los que llegamos a conocernos, me invitó a compartir su viaje en el lenguaje del viento y me mostró un solo instante de lo que podría llegar a ver con ella.  Sin pensarlo accedí inmendiatamente, y antes de poder articular cualquier palabra de asentimiento, la nube ya me estaba absorbiendo el alma.
Sentí como salía, sin dolor ni lamento, de mi cuerpo temporal y caduco, para alzarme entre vapores de agua flotantes.
Ahora viajo sin freno, sin las ataduras de aquel cuerpo que deje en aquel cuarto de habitación estrecho y vivo entre las nubes empujado por el viento.
Espero no tener que volver a bajar nunca.