31/5/15

Ráfaga de viento

Entró de impreviso. No sé ni cuando ni como. Como la ráfaga de viento cálido que entra por tu ventana entreabierta en una noche de verano. Fue directamente a la habitación recién saneada que había quedado vacía tiempo atrás y no me importó. El sitio le gustaba y a mi me gustaba que estuviera allí.
Y así, sin comerlo ni beberlo, sin prácticamente enterarme ni saber como había pasado, se volvió parte imprescindible de mi haber... como si fuera inconcebible su ausencia.