4/1/14

Una fracción de un segundo



Cuando se dió la oportunidad la aproveché sin dudar.
Ibas caminando delante y un ruido llamó tu atención detrás mío, así que te volviste. Inevitablemente tu mirada se cruzó con la mía durante menos de un segundo hasta que identificaste el ruido y seguiste tu camino.
Pero la mitad de eses de ese segundo me bastó para saltar dentro de tus ojos, que casi como un agujero negro me atraparon haciendo el salto casi una absorción tuya hacia dentro.
Ya dentro me deslumbré al principio, no podía con tanta luz y quedé cegado por momentos. Pero era un lugar cálido y pronto mis sentidos se acostumbraron a tanta intensidad.
Una gran pradera con olor a campo lo invadía todo. Me sentí limpio y a salvo mientras caminaba entre la hierba acariciando hojas y flores que sobresalían. Saliendo de la pradera y bajando una suave ladera, un río de agua cristalina descansaba en un remanso de agua natural. Allí el agua fresca parece que me llamaba a su lecho, asi que deje mi ropa, me desnudé de cuerpo y alma y me sumergí en esas aguas de vida eterna dejando atrás la losa de la realidad.
No sé cuanto fue el tiempo que estuve nadando dentro de tus ojos, quizá fueron años o siglos, o una fracción de un segundo, o una enternidad, pero cuando ya por fin apartaste la mirada, y volví a la realidad, supe yo y se que supiste tu que yo era tuyo y que tu eras mía, desde entonces hasta el infinito, y quizás más alla