2/1/14

Barrotes de sociedad

Tengo un cuarto en mi cabeza con muchas cosas encerradas.
La puerta tiene tres llaves, una duele, otra alegra y otra llueve.
En primavera algunas veces les abro la ventana para que vean como florecen los cerecos, y en invierno cuando nieva. El resto es dolor y sufrimiento ahí adentro.
Nadie quiere que abra esa puerta, ni siquiera yo quiero.
Pero nadie puede encerrar la rabia siempre dentro, ni siquiera yo puedo.
Algún día habrá tormenta.