19/3/14

El camino del guerrero.

Con un cuchillo en una mano y unas ramas de esperanza en la otra, se lanzó al vertedero de la desdicha. Tropecientos metros de caida libre al abismo del subconsciente humano, donde infernales criaturas del pensamiento vagan a sus anchas en lo más alto de la cadena emocional. Allí encontró su otro lado, lloró por su humanidad desbocada y mató tantos convencionalismos salvajes como le fueron apareciendo.
Al final de la larga caida, el suelo no estaba blando. Duro como la piedra lleno de pinchos de realidad. Allí se encontró otra vez al borde del abismo, rodeada de absurda realidad.
En una mano cogió un cuchillo, en la otra unas ramas de esperanza y se lanzó.