Hoy se me deshace el mundo alrededor
Se derrumban mis maltrechos pilares
Se cae el cielo sobre mi cabeza
y me ahogo en un vaso de agua.
Dejarte partir me enloquece,
destapona un atasco en mi garganta.
Me duelen las marcas en las manos
de sujetar tu recuerdo a cara de perro
Pero más me duele el vacío
que yo mismo me fabrico.
Es igual, ya me lo conozco.
Es tan común que hasta lo añoro a veces
este fatalismo que me autoimpongo
Este desamor inventado que con gusto visto.
Ya me encaja como traje de sastre a medida.
Y mientras tanto la luna
harta de tanto lloriqueo
se esconde de mi tras la niebla
busca lobos sinceros en celo.
Naturaleza desbocada sin drama.
Pero al final siempre aparece
y en su luz reflejada ahogo mis penas.
divagaciones atemporales de un proscrito de la lengua
