Silencio.
Vibran las cuerdas de una guitarra.
Una a una se me abren todas las puertas.
Unas palmas me mantienen despierto.
Un quejio destroza mi prejuicio.
Se me desgarran los adentros.
No hay lugar donde esconderse.
Desnudo en latido y pensamiento.
Me amasan el alma.
y la moldean a su gusto.