
Un día normal
sin fuentes ni fuegos
simplemente pasó.
Nació un "hola"
en medio de la normalidad.
Esperanzador e ilusionante
lleno de futuros
alegrías y quizás
pero normal.
Pero al mismo tiempo
en medio de la tormenta
en un lugar sin nombre
nació un "adiós"
acongojado y solo
lleno de miedos e incertidumbres
pero normal.
Y así,
sin más,
sabiéndose lejos,
decidieron encontrarse algún día
aún sin saberse opuestos.
Lo decidieron a pesar del dolor.
Polos opuestos de un mismo imán inmutable.